Deslenguar: cortar la lengua/ dispararse, crecer algo inmoderadamente. ¿Para qué deslenguar?

Miles de lenguas revolotearán como libélulas cerca de una lámpara. Cual cazador, el curador, intentará atrapar frases(citas), novelas, palabras que simplifiquen o personifiquen a cada uno de los elocuentes. Tarea difícil si no poseemos la experticia de escuchar los semitonos de un coro. ¿Mejor los deslenguamos? Mejor qué los mudos nos hablen.

sábado, 21 de mayo de 2011

Qué pasa

Reiteradamente te pregunto esto y la repetición causa que llamen las cosas a mi atención. Es la manera más primitiva de captarla: mostrarse y mostrarse sin demostrarse, como las bailarinas exóticas (no entiendo porque se les llama exóticas si lo único que hacen es bailar como cualquiera pero sin ropa, ofrecen la desnudez de la piel pero eso puedo verlo en internet). Trataré, para ti y para mí, de demostrar la insistencia que posee mi pregunta aunque, me parezca, que esto equivaldrá a prestarte respuestas a la interrogante que simplemente funciona en mí, la mayor de las ocasiones, como un simple ejercicio fonatorio como cualquier cantante hace para afinar o calentar la voz.

Una cosa más debo explicitar: preguntar dirigiéndome a ti y preguntar sin dirigirte mi pregunta no provoca cambio alguno en mi cuestionamiento. Decir “¿qué te pasa?” o “¿qué pasa?” se responde, para mí, de una igual manera. Esto no significa en fin que el contenido de la respuesta sea siempre la misma. Nunca pasa lo mismo porque siempre estamos en un diferente vector del espacio-tiempo.

¿Qué nos pasa? Las personas nos pasan. No sé si nos sobrepasan, pero pasan frente a nosotros (y los que no pasan por nuestro campo visual ¿se considera que no pasan frente a nosotros? ¿Por qué los ojos son nuestro frente?). Pasan a veces sin musitar, sin exhalarnos su aire para compartir el oxígeno que la naturaleza nos brinda, pasan sin mirarnos, sin olernos, sin oírnos, sin degustarnos. Otras pasan haciendo esto y algo más lo que significa que nos hacen sentir más allá de los sentidos. De estos son pocos, a veces es uno en la vida cuando te califican de monógamo, y prefiero que nunca desistas en desmerecer que las personas deben por lo menos sentir de esta manera extralimitada más de una vez para saber qué es mejor –en esencia, la comparación mide al par, no al singular-. Eso sí, la mejor calificación/evaluación es la que uno mismo se puntúa entonces no me es necesario que andes dictándome las mejores notas de los demás.

Las personas nos pasan. Algunas se fijan sin quedarse por este motivo, ellas, rezagadas. Lo que se queda de aquellas personas que intentamos fijar son sus imágenes, ya ahora inertes. No conseguimos atraparlas vivas porque eso significaría convivir con ellas, además que releyendo esto podría equivocarse o entenderse lo dicho como si lo que realmente deseamos es cazar las personas. De hecho, se dice que el hombre, cual depredador, caza una mujer y pelea su presa frente a los demás depredadores. Así que lo que deben las mujeres es saberse repartir para no ser consumidas enteras sino racionalmente. Me he llevado un carcajada mental al darme cuenta que a lo que llego aquí es a la conclusión de que el amor necesita de intelecto, de razonamiento porque la sensibilidad, equívocamente, denota fragilidad y cuando los huesos son frágiles hasta ocupan el alimento a digerir de los depredadores. Podría continuar, pero prefiero permanecer al margen de lo óseo porque jocosamente algunos creen que tú eres más esto que carne y no deseo devorarte.

¿Qué más nos pasa? La vida nos pasa o nosotros pasamos por ella. No sabría nuevamente si la sobrepasamos, si la traspasamos o si no la deseamos pasar haciendo todo lo posible por evitar sus muertes, tratando de vivir la vida. Si la traspasamos es ella un ente similar al fantasma: insoluble, no es materia. Si la sobrepasamos es dentro de una loca carrera en donde al final igual morimos llegando antes, igual o después de ella. Si la evitamos es posible que se la entienda a esta como un gran hueco donde no podemos caer porque es profundo y sin llegada. Cualquiera de las alternativas me dirige a la muerte. Mi pregunta parece entonces algo muerto, o que se intenta resucitar cada vez que se plantea. Mientras encuentra respuestas toma ánimo. Si no lo hace, no se desanima. Soy yo quien lo hace.

¿Qué pasa o qué nos pasa? El tiempo es lo que pasa o nosotros lo atravesamos y todas esas posibilidades. Si el tiempo fuera un Dios humanoide con cuerpo y por tanto sentidos, para sus ojos seriamos puntos sobre aquella línea o recta numérica que dibuja al tiempo que no avanza ni retrocede. Un punto estático porque esa línea, si se extiende, daría a 100 años una imposibilidad de graficarse. Ese Dios humanoide que lo llamo “Tiempo” sería incapaz o le sería inapropiado preocuparse por personas que trazan un pequeño punto en su dibujo cartesiano del tiempo. No sería un Dios al fin y al cabo con tales imposibilidades y limitaciones.

Regresando a lo que ya no son imaginaciones absurdas, el tiempo nos pasa. Cada minuto y segundo que nos atraviesa nos despedaza el rostro y nos lo transforma. Cada sonrisa que dibujo señala o estira mis tejidos desgastando la energía muscular que guardo. Pude haber utilizado esa energía en otro movimiento, más necesario en otras circunstancias pero en aquél segundo lo desperdicie y ya no volverá. Mejor desatiendo mis intentos de sonrisa para procurarlos para cuando sean necesarios. Pero ¿cuándo lo será? ¿el tiempo me lo dirá? Ya dije que el tiempo si pudiese hablar fuera un humano y si lo fuera ya nos hubiera equivocado, ya nos hubiera desatendido. El tiempo no habla y por eso incesantemente te pregunto sin incluir la siguiente parte de la frase: si el tiempo no habla, pero tú lo haces entonces ¿qué pasa? Veo que sigo en mis imaginaciones absurdas. Espero que tú me las entiendas. Esto también nos pasa.

¿Qué otras cosas nos pueden pasar? Lo que nos pasa es tú. Tú para mí, yo para ti. En fin, para quien lea esto, lo que nos puede pasar es tú, es decir, lo que nos pasa es que tratamos de pasar con esa otra persona. Como ya dije, cuando tratamos de atrapar a alguien que no es culpable de nada sino victima del amor, la única manera de hacerlo es convivir. Allí nos pasan las personas que no escogimos para convivir porque si las intentáramos atrapar seriamos infieles; allí pasamos la vida porque es hasta la muerte de uno de los dos cuando podemos pensarnos libres nuevamente, o hasta el divorcio, gracias a los jueces o abogados que creo que inventaron esto; en la convivencia nos pasa también el tiempo para aprender o errar (que es la manera más efectiva o la única manera que hasta ahora se conoce para aprender) lo que cada uno de los que compone la pareja es, quiere, teme o desea. Todos nos pasa si es que convivimos. Eso podrías responderme cuando te pregunte qué te pasa.

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