Deslenguar: cortar la lengua/ dispararse, crecer algo inmoderadamente. ¿Para qué deslenguar?

Miles de lenguas revolotearán como libélulas cerca de una lámpara. Cual cazador, el curador, intentará atrapar frases(citas), novelas, palabras que simplifiquen o personifiquen a cada uno de los elocuentes. Tarea difícil si no poseemos la experticia de escuchar los semitonos de un coro. ¿Mejor los deslenguamos? Mejor qué los mudos nos hablen.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El cine, un paraíso

¿Cómo definir un hábito? ¿Es lo mismo que una acción placentera? A simple vista pareciese que no lo es. Un ejemplo: Ver televisión es más un hábito que una acción placentera. El hábito pierde, por su insistencia, la capacidad de crear placer. Entonces, el placer no es una cuestión de reproducción. No debería serlo. Debería ser un efecto de una creación, nunca de una reproducción.

Entonces, ¿se observa repetidamente una película, y se goza de ello, por hábito o porque nos genera siempre una satisfacción? ¿o es el recuerdo de lo vivido, de lo experimentado? ¡Uy! Por lo visto esto se acerca más, al goce lacaniano, psicoanalítico, que al ingenuo placer del vulgo común y corriente.

¿Qué o cuál es esa parte de la que se goza de una película como "Cinema Paraíso"? De manera rápida pueden observarse y notar que hay tres perspectivas, desde mi opinión, en esta película: a) la exposición de una historia de amor con el cine, b) aquella relación amorosa expuesta en e filme entre Toto y Alfredo, un padre para un hijo buscando un padre, y c) el éxodo sin retorno desde el pasado.

La frase "La vida es diferente a lo que se ve en el cine" (no recuerdo con exactitud si esta es la frase, pero expresa lo misma como fuere que sea), que en un momento Alfredo, el padre que laboraba en el cine, que a veces calificó esa posición como de un encierro, un infierno (que terminó devorando su vista); esa frase, decisiva para el siguiente porvenir que le sobrevendría a Toto, resume muy bien muchos de los ángulos de la película.

Los padres no son los que exactamente se desean, pero son los padres. La vida no es exactamente como la deseamos, pero la vivimos. Y el cine no es exactamente la vida, pero deseamos que en algo se parezca, deseamos retratar nuevas vidas, vidas ficticias, fantasías vivientes, adornos de vidas, vidas fantoches, actuaciones de vidas, vidas memorables y vidas sin memoria.

El encuentro con el cine, con el placer cinéfilo, con el deseo gestálgico (ese que configura las partes en un todo y el todo en sus partes), ese encuentro, esa invención produjo y sigue produciendo (¿o reproduciendo?) fantasiosas realidades que hacían que nuestras vidas se pierdan un rato para vivir otras.

Eso me gusta de ese paraíso, del cinema paradiso.

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